Monday, November 26, 2012

Discriminación de madres extranjeras en juicios de custodia

Benachteiligung ausländischer Mütter im Sorgerechtstreit
Discriminación de madres extranjeras en juicios de custodia

Normalmente la separación se realiza sin mayores complicaciones. Sin embargo suelen surgir aspectos importantes como la manutención, la patria potestad, la vivienda, entre otros, que pudieran convertirse en un desafío a la hora de ejecutar un divorcio. Bastaría sólo pensar que el divorcio representa la disolusión de la otrora convivencia de dos seres con orígenes culturales distintos para caer en cuenta de que las respectivas visiones y maneras de ver la vida podrían - porque sí – ser traidas a colación en el proceso de divorcio. Son estas maneras de ver la vida de los llamados matrimonios binacionales las que suelen marcar sus divorcios.
El término „binacional“ se asocia a dos nacionalidades. Vale destacar que "este término en este contexto surgió hace ya muchos años, dada la necesidad de algunas mujeres alemanas de  lograr igualdad de derechos para sus esposos extranjeros“, aclara Birgit Sitorus – sicóloga de familia, escritora y miembro fundador de la Asociación de Matrimonios y Familias Binacionales con sede en fráncfort del meno (cuyo nombre en alemán reza Verband Binationaler Familien und Ehen). De ahí que lo "binacional“ como tal haya acaparado la atención de la lucha de entonces. Hoy en día – dice Sitorus - se trata de una asociación que representa a familias interculturales, binacionales e interétnicas. "Nos referimos a familias en las que el antecedente étnico está por encima de toda cultura y nacionalidad“, apunta.

Es posible que el divorcio se enfrasque en problemas productos de dos puntos de vista distintos. No estamos diciendo con ello que ésa tenga que ser la regla, pues se debe tener presente que muchas son las familias capaces de llegar a un acuerdo de divorcio sin problema alguno. Birgit Sitorus precisa que apenas un 10 ó 15 por ciento de las familias en proceso de divorcio buscan su ayuda terapéutica y de orientación en la asociación que ella representa.
Muchos extranjeros se dirijen al seno de su institución en vista de que les resulta imposible llegar a un acuerdo con sus respectivas parejas cuando tratan de abordar puntos concernientes a la separación. Por eso, requieren orientación para enfrentarla.
Muchas pueden ser las causas de la separación entre un extranjero y un alemán – en sus distintas combinaciones de género. Pero el divorcio en sí puede ser aun más crítico en estas familias. "Cuando hay menores de por medio, entonces los padres – que no sólo seguirán siendo progenitores sino también tutores del niño – están en la obligación de actuar sin olvidar el bienestar de éste“, nos aclara la abogada de familia Seyhan Gökkaya. La dra. Gökkaya precisa que un punto controvertido en muchas familias interculturales, a saber, alemano – extranjeras, es la patria potestad, además de la manutención o pensión. Esa patria potestad de una pareja surge con el nacimiento del niño y se mantiene intacta salvo que se reglamente lo contrario. Sólo en caso de niños nacidos fuera del seno de un matrimonio se le declara al padre la patria potestad conjunta.
Por lo general, ni siquiera los padres que se divorcian pierden la patria potestad, al menos que – y hé allí el meollo del problema de muchos - uno de los padres manifieste y solicte su interés de que la patria potestad común sea suspendida. En algunos casos donde hay madres extranjeras involucradas se toman decisiones en su contra. ¿Pero qué explicación hay para esto ?
La abogada de familia Seyhan Gökkaya se basa en su experiencia como jurista para afirmar que „muchas madres extranjeras no están lo suficientemente informadas sobre sus derechos“. A ello se suman las barreras idiomáticas que impiden que aprovechen las ayudas existentes para los inmigrantes.

La sicóloga de familia Birgit Sitorus, autora del libro Separación y Divorcio de Marimonios Binacionales ( en alemán Trennung und Scheidung binationaler Paare ) apela igualmente a su trayectoria para ir incluso más lejos y aseverar que, en comparación con una madre alemana, es poco prometedor el panorama de un proceso de divorcio para una madre extranjera que desea que su hijo siga viviendo con ella. “Ésta es prueba fehaciente de la desventaja en la que se encuentran las mujeres extranjeras”, sentencia Sitorus.
La parte alemana de un matrimonio binacional, sea ésta hombre o mujer, que además es miembro del grueso de la sociedad y, por ende, tiene el poder a sus espaldas - porque domina el idioma, conoce el sistema y, así, le suele resultar más fácil ganarse el instituto de atención al menor – tiene ventajas frente a su pareja extranjera. De ahí que sea quizás más complicado para las mujeres exntranjeras hacer uso de sus derechos, lo cual repercute desfavorablemente en el proceso de divorcio a la hora de manifestar sus exigencias y peticiones para que éstas sean atendidas y reconcidas en igualdad de condiciones.

A despecho de esta realidad descrita, muchos expecialistas del derecho afirman que están dadas las mismas garantías de éxito para la parte extranjera de un matrimonio si ésta entra en una lucha legal por la patria potestad de sus hijos. Dicen que rara vez hay decisiones  erróneas y que se limitan a una pequeña parte de los casos. Quizás se trate de excepciones, pero si pensamos que la naturaleza del inmigrante es la minoría, entonces estaríamos frente a un problema digno de preocupación estadística y socialmente hablando.

Sara Rodríguez cayó en una de esas presuntas excepciones del sistema. Dice haber estado casada con un hombre alemán, profesional y de buena posición económica. Tras seis años de matrimonio y reiterada convinción sobre sus supuestas insuperables diferencias deciden divorciarse. La sra. Rodríguez afirma haber sido víctima de la injusticia de un sistema el cual desconocía. “Nos divorciamos porque no nos entendíamos en el matrimonio”, recalca Sara Rodríguez. Pero tampoco se logrararían entender durante el proceso de divorcio. Su entonces esposo casi secuestró a su hijo común ( 4 años de edad), al cual no se le permitía ver siquiera durante meses. Durante este período se agravó la situación entre ella y su ex esposo. El juicio del divorcio y, así, la patria potestad sobre el menor se llevaba a cabo en un tribunal en la localidad de langen, en las cercanías de fráncfort del meno. Allí, la sra. Rodríguez afirma haberse sentido vejada por la albitrariedad de un juez a quien ella acusa de racista dado su comportamiento frente a ella y su representante legal, una abogada de ascendencia italiana. Gritos e intimidaciones eran en el orden del día. Aunado a ello, el instituto de protección al menor ( el llamado Jugendamt) en la persona de una de sus trabajadoras sociales parece haber emitido juicio y conclusiones sobre la vida de la sra. Rodríguez sin que ésta sintiera respeto alguno por sus argumentos y derechos. Mas bien, fue el punto de vista de su ex esposo el decisivo. Según un informe emitido por una sicóloga encomendada ad hoc por el tribunal en cuestión, no estaría garantizada la seguridad finaciera del niño al lado de la madre; por el contrario, sí, con su padre. Visto así, se nota cierto menosprecio por el ámbito emocional, el cual es vital en el desarrollo del menor. La decisión del juez determinó que el niño se quedaría con el padre. “Perdí la vida común que tenía con mi único hijo”, lamenta Rodríguez. “Sólo puedo verlo cada dos semanas”, apunta.
En la sociedad alemana de hoy - así multicultural como muchos pretenden definirla- he de aspirarse que lo normal en los divorcios de matrimonios binacionales sea que ambos padres retengan la patria potestad sobre sus hijos. Lamentamente, la realidad suele tornarse un poco turbia. Según la escritora Birgit Sitorus, muchos padres extranjeros ciertamente debieran retener la patria potestad, pero la tendencia apuntan hacia otra dirección en la que un padre alemán tiene mayor probabilidad que un extranjero de mantenerla. Peor aún es el caso de madres extranjeras: frente a un marido alemán violento en el hogar que hacia afuera luce amable, versado y elocuente son pocas las ganarantías de salir airosa para una madre extranjera que tal vez no habla bien alemán y da una impresión introvertida y poco convincente.

De hecho, según Birgit Sitorus, es incluso posible avalar estadísticamente la afirmación según la cual algunas madres extranjeras tienen peores posibilidades de que sus hijos permanezcan con ellas tras un proceso de divorcio.
 
Es por ello que unas de las peticiones que hicieran juristas como Seyhan Gökkaya apuntan a un mejoramiento de la manera cómo se abordan hasta ahora los procesos de divorcios, en los que – según ella- se debe velar especialmente por el bienestar y tutela del menor. Por esa convicción, Gökkaya insta a que los divorcios donde se dispute patria potestad por hijos deban estar asesorados por   tutores de  juicio para el menor (los llamados Verfahrensbeistand) y sicólogos especializados mejor remunerados.
Birgit Sitorus también señala que más que las leyes son las personas que las aplican quienes pudieren representar un problema. “En algunos casos, los institutos de protección al menor (Jugendamt), abogados, tribunales y tutores de juicio para el menor cuentan con pocos conocimientos sobre temas interculturales. Hay un desconociemiento asombroso sobre qué es inmigración y qué rasgos específicos podrían moldar ciertos grupos culturales”, sentencia Sitorus.  Igualemente hace un llamado a una mayor ampliación de la consciencia intercultural en el campo admistrativo e interhumano.

Entonces estamos hablando de una necesidad de progreso en el conocimiento  e información sobre inmigración como un todo, sus consecuencias y afinidades a las respectivas familias. Se trata de mayor respeto por otros puntos de vista. Para evitar desigualdad e injusticia, las autoriades alemanes deben dar un vuelco al trato con sus conciudadanos extranjeros. Por su parte, estos últimos deben tratar de abrirse a su nueva sociedad, aprovechar sus oportunidades económicas y sociales, así como contribuir al desarrollo continuo de la convivencia. Igualmente, los expertos del derecho instados a mostrar mayor tolerancia y solidaridad frente a sus conciudadanos de orígenes culturales distintos. Por últimos el gobierno alemán debe mostrar mayor entrega y compromiso con su esfuerzo por crear más puestos de trabajo y de formación sobre temas interculturales.
Vincent Echenique

Fuente:
Verband Binationaler Ehe und Familien, Frankfurt am Main
(www.verband-binationaler.de, Ludolfusstr.2-4, 60487  Frankfurt am Main)
Bundesarbeitsgemeinschaft Verfahrens pflegeschaft für Kinder und Jugendliche e.V Berlin
Seyhan Gökkaya, Familienanwalt  (Verfahrensbeistandschaft  Frankfurt am Main)
Birgit Sitorus, Familienpsychologin und Buchautorin
Betroff ene Mütter: Estella Bustamante, Sara Rodríguez, Nora Tortuosa (Namen von der Redaktion geändert)
AUTOR: Vincent Echenique, Journalist und Medienwissenschaftler, Guia-Frankfurt.de

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